lunes, 19 de enero de 2009

Esperanza, Watts


He leído las noticias publicadas hasta hoy en el blog titulado Nuevas Tecnologías aplicadas a la Educación, y me gustaría publicar también en esta bitácora, la recensión, más que comentario, que he hecho en una de ellas, y asimismo compartir mi experiencia como profesora en general, y en particular que acaba de comenzar en el uso de las Nuevas Tecnologías.

Mis alumnos son de Secundaria, y aunque aún no sé los resultados de las actividades que he planteado, porque he comenzado hace poco a usar estas herramientas, y espero ver los progresos en este trimestre, lo que sí he observado es que ha contribuido positivamente a la motivación general hacia el estudio, sobre todo a aquellos que más les cuesta (que para empezar, creo que no es poco).

En mi materia, las Ciencias Sociales, estoy facilitando algunos enlaces de actividades ya elaboradas para que repasen algunos contenidos vistos en clase (por ejemplo, mapas, físicos y políticos, que pueden repasarse con puzzles y otros juegos), de forma que el estudiar esta materia sea mucho más atractiva, y además, contribuir a que el alumno sea consciente de su propio aprendizaje y sus progresos, y que cada uno pueda seguir su ritmo de aprendizaje (por tanto, puede contribuir a atender a la diversidad del alumnado).
Otra actividad que estoy realizando, también con alumnos de Secundaria (3º de la ESO) y que consta de dos partes, la primera, a finales de trimestre pasado, que consistió en participar en un concurso de consumo responsable a través de Internet (pasar un panel de juego, por un lado), y por otro, hacer un trabajo en equipo sobre diversos aspectos de consumo (durante este trimestre), e igualmente, he observado, simplemente por el hecho del cambio en la dinámica de la clase, un cambio notorio en la actitud de algunos alumnos, que partían de una desmotivación general por cualquier tipo de aprendizaje, que, al realizar esta actividad, empiezan a tener interés y ha mejorado su comportamiento (se muestran mucho más colaboradores y educados en general), algunos, más aislados, incluso se han integrado dentro del grupo, y como tienen que investigar, creo que va a contribuir a ayudar a desarrollar su autonomía (capacidad de aprender a aprender), y además, tal y como está planteada la actividad (pues tienen que redactar una historia tras documentarse) va a contribuir al desarrollo de otras competencias básicas como la del lenguaje, y otras no menos importantes como la de la creatividad.

Aunque todo no es tan fácil e idílico como esperaba: existen todavía algunos problemas para la efectiva implantación de las tecnologías en las aulas. Lo primero, medios materiales (era imposible encontrar aulas disponibles y con estos recursos en general -al menos 20 ordenadores con acceso a Internet-), medios humanos (se necesitaba más de un profesor o con mayor formación o experiencia que yo para solventar los problemas técnicos, atender a las dudas de todos los alumnos y controlar la clase, y que el tiempo fuera provechoso, y no volverse loco, puesto que era muy difícil controlar la clase y que todos terminaran la actividad -además, si unos se estancaban, los del mismo equipo no podían continuar)
No sólo eso, sino que uno no averigua estos problemas hasta que empieza a desarrollar la actividad con los alumnos (por tanto, el diseño de la actividad dificultaba su realización, y además impedía hacer una prueba previa por el profesor de su funcionamiento), eso sin contar que por la edad de los alumnos, en plena adolescencia, y las características de los grupos (dos de ellos "bastante moviditos"), po lo que es difícil que se tomen en serio estas actividades, y alguno que otro aprovechaba para dedicarse a otros menesteres (-en cuanto me alejaba de algunos alumnos para atender a otros, aprovechaban para conectarse a un chat o a un blog que privado de los alumnos del instituto-), con lo cual, se pueden imaginar, en el momento, uno acaba afónico, con jaqueca, y un cabreo monumental.
Además, uno cuenta a otros profesores la experiencia, y los más optimistas, asienten con la cabeza cuando se comenta que es dificilísimo llevar a cabo esta labor.

Mi esperanza es que el uso de estas tecnologías se convierta en algo tan habitual en las aulas, que sea vista como una herramienta común del trabajo diario, y creo que la iniciativa de empezar con alumnos de tan cortas edades, que se recoge en una de las noticias, contribuirá enormemente a ello, y a que deje de ser entendido por los futuros adolescentes y adultos, como sucede en la mayoría de los casos en la actualidad, sólo como medio de entretenimiento y para las relaciones sociales (aunque sea una herramienta muy valiosa en estos aspectos), por consiguiente, que deje de ser algo excepcional (para algunos, una fiesta en el aula), y se entienda como un medio educativo más.

Aunque para ello, tienen que implicarse no sólo los educadores, sino también los padres, como figura fundamental para el control del tiempo y del uso que realizan sus hijos de estas tecnologías, y evitar lo que, en otra de las noticias posteriores se recoge, algunas de las consecuencias de su mal uso: adicción, riesgo de acceder o de recibir contenidos para adultos, y otros riesgos que no se recogen, como es el del aislamiento social.

A pesar de estas dificultades, y como conclusión, a falta aún de evaluar los resultados puramente educativos de las distintas actividades, sólo los aspectos ya conseguidos que he comentado, me hacen pensar que ha merecido la pena realizar una actividad así, aunque creo que sería más sencillo y motivador para los docentes si estuvieramos realmente formados para saber llevar a buen fin estas actividades, y si se contaran con mayores medios materiales.

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